Besos eternos...

Que nunca se acaben los besos...

"Mirad mi vestido verde gallinas" gritaba Adela en el patio de su casa, gritos que fueron acallados para siempre por Bernarda.

"Las puertas, están cerradas las puertas" exclamaba la bruja hasta que fue transformada en ratón...

Que nunca se acaben los besos...

Hay cosas que no pueden hacerse, tienen que sentirse. Yo quiero seguir besando esta profesión, amándola como aquella niña que se vestía con un vestido verde y daba vueltas en el escenario o aquella bruja que transformaba su cuerpo y rostro en el de una rata. 

Más allá de las vicisitudes que puedan generarse en lo que nos rodea, cada día que acaba quiero sentir que los besos con lo que una hace pueden seguir siendo eternos. 

¡Salud y Arte!



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