Sueños y realidades
Tenía los ojos cerrados, no quería que vieran que
estaba despierta, y esta vez no podía ocultarlos tras esas gafas oscuras que me
dejaba mi padre cuando era pequeña.
Mi mente
sigue dando vueltas, no consigo vislumbrar un atisbo de luz que me haga ver las
cosas claras, es un momento de vacío.
Aunque esa
sensación me asusta, nunca me he sentido tan llena de vida y con ganas de
seguir mi instinto.
Los
encuentros y desencuentros… siento despertares en mi interior…
El tío vivo gira, no se detiene por nada ni por
nadie. Los caballitos no dejan de subir y bajar mientras la retahíla musical te
hace entrar en un sueño casi ineludible. Entre sueños oigo a los niños reír,
cuánto tiempo sin escuchar esas voces de alegría.
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