Esa lavadora

El sonido de aquella lavadora vieja minaba sus sentidos. 

Nunca se había escuchado tan alto como ahora. 
Siempre había podido dormir en cualquier sitio, con cualquier sonido, pero aquella noche todo era diferente. 

Daba vueltas en su colchón, que le parecía más pequeño que nunca. No encontraba su lugar, miró el reloj y todavía eran las tres de la madrugada. Era una noche oscura, no veía la luna. Decidió abrir la ventana, sentía que se ahogaba. El viento frío de aquella noche golpeó su cara con fuerza. Cerró la ventana.

De nuevo aquella lavadora vieja. 

Sentía una molestia atípica en todo su cuerpo. Encendió la luz y al ver su cara en el espejo de la habitación un grito ahogado superó el sonido de la lavadora. 

La lavadora concluyó su ciclo.

Comentarios

Entradas populares