¿Cuántas veces?

¿Cuántas veces le había dicho que no le gustaba que le mirara a los ojos?

Siempre que la veía junto a la ventana con el vestido blanco que le habían regalado sus padres por su cumpleaños pensaba que parecía un pájaro dispuesto a salir volando. Le entraba pánico cada vez que sentía podía volar, como las aves migratorias y nunca más volver junto a él. 

¿Cuántas veces le había dicho que la amaba?

Hablar con ella resultaba difícil, nunca acertaba a que salieran palabras bonitas de su boca. Sentía agresividad consigo mismo por su torpeza. Nunca había logrado transmitir lo mucho que le imponía su inteligencia. Aquella mañana ella estaba sujetando su vientre, quería que él sintiera la vida que crecía poco a poco dentro de ella.

¿Cuántas veces le había dicho que no le gustaba el color rojo?

Con su vestido blanco le saludaba desde la ventana, lo hacía cada tarde cuando él volvía de trabajar. Él subió las escaleras y la encontró sonriente.  Sentía que ella ya no le quería como antes, quería más a esa criatura que aún no conocían. Ella le besó. Él toco sus labios y le quito el carmín rojo que los cubrían.
Se convirtió en un buitre dispuesto a destruir a su presa. El vestido blanco se tornó rojo...ella finalmente voló...

¡Salud y Arte!

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